Un lagarto demasiado ambicioso abofetea a una hiena en una lucha por el derecho a alimentarse del cadáver de una cebra. El lagarto muestra un comportamiento realmente fascinante en un intento de intimidar al depredador golpeándole la cola.
Nicola Marneweck, estudiante de Licenciatura en Ecología de 20 años de la Universidad de Pretoria, pudo capturar este metraje. El avistamiento y las imágenes se compartieron con LatestSightings.com.
“En nuestro viaje al atardecer, nos encontramos con una cebra que había muerto misteriosamente sin heridas ni marcas de mordeduras. Sabíamos que algo vendría a reclamarlo. Así que al día siguiente volvimos para comprobar qué había pasado”.
“Condujimos por la carretera junto al río hasta la escena del crimen y encontramos una hiena muy llena junto al cadáver. El cadáver ahora constaba sólo de huesos, dientes y algo de carne. La hiena arrancó de un mordisco la mandíbula іпfeгіoг de la cebra y caminaba con ella en la boca, como si tuviera un par de dientes postizos”.
En la sabana africana, las hienas son carroñeras muy conocidas. Con su increíble fuerza en la mandíbula y sus fluidos estomacales ácidos, no hay comida que no devoren.
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“Vimos un gran monitor del Nilo que subía lentamente desde el río. Se dirigía en dirección a la hiena y su comida. Quizás usando su lengua para olfatear la fuente del extraño olor”.
“Solo cuando el lagarto monitor se acercó al cadáver, la hiena vino a ver qué estaba pasando. Para nuestro asombro y la sorpresa de la hiena, el monitor intentó asustar a la hiena en lugar de dejarse intimidar por ella. Como a la hiena nunca se le había enseñado que “compartir es cuidar”, cada vez que el monitor se acercaba al cadáver, lo arrastraban.
En todo el sur de África se pueden encontrar lagartos monitores, que son reptiles de gran tamaño. Su dieta se compone principalmente de otros reptiles, insectos, peces y, en muy raras ocasiones, carroña.
“Me sorprendió mucho ver la determinación del monitor desafiando a una hiena muy posesiva. Al principio, no podía creer lo que veía ni lo que oía cuando el monitor golpeó su cola contra los huesos del cadáver para intimidar a la hiena. Haciéndole saber que no iba a dar marcha atrás. Afortunadamente, pude ver el monitor regresar para tomar otro bocado. ¡Esta vez le dio una bofetada a la hiena en la cara!
“A estas alturas, la hiena ya tuvo suficiente. Procedió a arrastrar el cadáver lejos del monitor. El monitor decidió que eга hora de darse por vencido; caminó en dirección opuesta, donde encontró algunos restos y huesos para buscar carne”.