Originaria de Asia y a menudo encontrada en los bosques de la India y el sudeste asiático, la cobra real es la serpiente más venenosa del mundo. Las cobras reales pueden alcanzar una longitud de 5,6 m, lo que las convierte en las serpientes venenosas más largas.
Este animal tiene el nombre científico “Ophiophagus hannah” que significa “especie que come serpientes” en griego .
No es casualidad que se llamen así, porque en realidad el alimento favorito de la cobra real es su propia especie.
Según investigaciones realizadas por científicos, el fenómeno de que los animales se coman a los de su propia especie no es raro en la naturaleza. El canibalismo, que puede florecer en situaciones de cautiverio o escasez de alimentos, es parte del ciclo de vida de los animales salvajes.
La cobra real es sólo una de las más de 1.500 especies animales que cometen comportamientos caníbales. Según investigaciones realizadas por biólogos, 1/3 de la dieta de una cobra es de su propia especie.
El siguiente clip nos mostrará que las cobras reales no solo comen a los de su propia especie, sino que también comen otros reptiles grandes, incluidos los lagartos monitores.
Filmado en una zona selvática, el clip muestra una cobra real gigante acurrucándose y rodeando a una iguana.
Sin embargo, los lagartos monitores no son animales pequeños que se dejen intimidar fácilmente. Un lagarto monitor adulto mide entre 2 y 3 m de largo y pesa unos 10 kg, pero cuando yace en el regazo de la cobra real, de repente parece mucho más pequeño.
Como se puede ver, la serpiente se desliza alrededor de su presa y le inyecta veneno mordiéndole el cuerpo de vez en cuando.
Cuando se inyecta en el cuerpo de la presa, el veneno de la cobra real atacará directamente al sistema nervioso central, provocando visión borrosa, dolor, somnolencia, mareos y parálisis nerviosa. La razón por la que el veneno de la cobra real da miedo es porque contiene un compuesto de neurotoxinas y citotoxinas. Todas estas son sustancias que pueden dañar el tejido nervioso y desactivar las células.
La condición física del lagarto es relativamente buena, ya que aguanta mucho tiempo antes de ceder y convertirse en alimento para el depredador.
Lo interesante de las serpientes también reside en su capacidad para tragar presas, independientemente de su tamaño. Gracias a su estructura especial, las serpientes utilizan un grupo especializado de huesos, ligamentos y músculos del cráneo para abrir sus mandíbulas lo más posible. Es la apertura de la mandíbula la que establece el límite del tamaño de presa que la serpiente puede comer.
Después de tragar la presa entera, la serpiente empujará la comida a lo largo del tracto digestivo. El líquido estomacal ayuda a las serpientes a descomponer los tejidos. Con presas de gran tamaño, las serpientes usarán los huesos de la cabeza y la mandíbula para empujar a la presa hacia el abdomen.