Esta historia de supervivencia y compasión nos recuerda el poder de la bondad incluso ante adversidades impensables.
Hace más de un mes, murió la dueña. Su hijo también la аЬапdoпó; asumimos que estaba lista para dar a luz, ya que los bebés, si llegan a un mes, son muchos. Ella dio a luz allí y pasó un mes sin comer.
No sabemos cómo sobrevivió, ni cómo sobrevivieron esos dos pequeños soldados. Atrapados en el pecho de su madre, sin una gota de leche y sufriendo de anemia severa, fue consumida físicamente por gusanos. Mira lo frenética que estaba cuando fue liberada, a pesar de que su enfermedad le dificulta el movimiento.
Anoche, fuimos a buscarla. Sólo puedes imaginarte lo malo que eга el hedor por toda su carne podrida. Se estaba marchitando hasta la muerte.
Le administramos primeros auxilios, medicamos, administramos suero salino, desinfectamos y eliminamos cualquier probable gusano. Ella también le permitió usar el colchón. Se negó a comer o beber. No sabíamos si el insecto más grande había afectado su garganta o perforado la mandíbula, impidiéndole hacerlo.
Tiene pequeños insectos adicionales en la encía, la pera, la mano y la cadera, así como una costra en la cadera… Su situación es teггіЬɩe. Cuidamos de los bebés que, afortunadamente, no tenían bichos. Simplemente empezaron a comer. Les aplicamos polvo antiparasitario y les desparasitamos.
Juntos podemos marcar la diferencia alimentando la vida y la esperanza donde más se necesita.
Compartamos esta historia e inspiremos a otros a actuar con compasión, porque cada ser vivo merece una oportunidad de un mañana mejor.