Pitón Reticulada Persigue a Puercoespín Indio en un Video Impactante, Sin Soltar a su Presa.

Cegado por el hambre, la pitón reticulada se acercó y atacó al puercoespín indio para comer su carne, pero la presa no fue fácil de matar. La intensa batalla por la supervivencia sólo termina cuando los humanos intervienen.

La pitón reticulada, también conocida como pitón real o pitón reticulada asiática, es una criatura nativa del sudeste asiático y es la raza más longeva de la familia de las pitones, serpientes o reptiles en general. Su longitud medіа es de unos 6,9 a 7 m, 2 a 3,5 m más que la anaconda gigante. Sin embargo, sus cuerpos no son demasiado gordos y su salud es difícil de comparar con la del malvado dios del río Amazonas.

La fuente de alimento natural de las pitones reticuladas incluye mamíferos y aves. Los individuos de 3 a 4 m de largo normalmente se alimentan de roedores como las ratas, mientras que los individuos más grandes se dirigen a civetas como civetas y civetas, e incluso primates y cerdos.

Los erizos pueden ser una presa potencial para las pitones reticuladas en términos de tamaño, pero este roedor posee una capa de espinas duras que cubren el exterior de su cuerpo, lo que es un gran obstáculo para las pitones. Como las pitones reticuladas no son venenosas, matan a sus presas envolviendo su cuerpo alrededor del animal y apretándolo hasta matarlo. Este método de destruir presas es completamente ineficaz contra las aves. Envolver fuertemente al oponente hará que púas afiladas penetren profundamente en el cuerpo de la pitón, causando un dolor extremo.

 

La pitón del vídeo estaba cegada por el hambre. Aunque sabía que no podía hacer nada, intentó atacar al erizo. Por el contrario, el puercoespín inicialmente decidió luchar contra la gran pitón. Levantó púas en su espalda y golpeó con fuerza la cabeza de la serpiente. Los golpes del puercoespín hicieron que la pitón fuera extremadamente dolorosa y mareada, pero el depredador seguía siendo terco y decidido a no soltar a su presa. Debido a que el erizo había perdido muchas de sus espinas en batallas anteriores, eга difícil ahuyentar a la pitón grande, por lo que tuvo que huir. La pitón persiguió al erizo, llevando al oponente a un callejón sin salida. Aunque no pudo atacar, asustó a la presa.

La caza sólo terminó cuando la gente descubrió y ahuyentó a la pitón, liberando al puercoespín.