Un cachorro con la cara deformada es rescatado por una familia que lo ama tal como es.

Arrow es un pequeño perro que, aunque ahora es tan feliz como muestran sus videos y fotos, tuvo un comienzo difícil y desgarrador en la vida. Cualquiera que lo viera de cachorro en su estado desgarrador lo habría condenado a muerte.

Pero nunca imaginó que el destino le enviaría verdaderos ángeles como padres, quienes ignorarían su deformidad, que sorprendió a muchos, y lo amarían tal como es.

 

Arrow llegó siendo un bebé en un estado lamentable a las puertas de la organización de rescate animal PMM Rescue Inc. Descubrieron que su mandíbula estaba gravemente rota, coincidiendo con una severa mordida de otro canino. Lamentablemente, su mandíbula inferior derecha ya no se podía salvar.

Olía como un cadáver en descomposición debido a la necrosis e infección tan severa. Como resultado, la única opción fue extraer el hueso muerto. Los veterinarios no tuvieron más opción que remover toda la parte inferior derecha de la mandíbula y una porción de la parte superior derecha.

 

El Dr. Sidhu de Bakersfield, California, fue el héroe que realizó la delicada y laboriosa cirugía en Arrow. No quiso irse hasta haber salvado la vida de Arrow y haberle brindado al pequeño perro toda su atención.

Aunque el ataque dejó cicatrices irreversibles en su pequeño rostro, su personalidad, que ha sido brillante y alegre desde que era un cachorro, no ha cambiado.

 

Su historia se volvió viral gracias a un hermoso video que muestra sus tristes comienzos, pero más importante aún, al gran guerrero y criatura de luz en que se ha convertido gracias al amor que siempre lo ha rodeado.

Arrow disfruta comer, jugar a la pelota, aprender nuevos trucos y beber agua mientras hace el mayor desastre… Aunque acurrucarse, recibir babosos besos, tomar siestas, dormir un poco más por la mañana y acompañar a sus padres en largos paseos nocturnos son sus actividades favoritas.

Su familia lo ama tal como es, sin importar su defecto físico o las limitaciones que pueda tener. Porque, a pesar de tener dos años de edad, Arrow nunca ha perdido su personalidad de cachorro. Siempre ha sido activo y juguetón a todas horas del día, y sabe que es el miembro más querido de su familia, así que lo disfruta y “hace lo que quiere”.

A pesar de tener que recoger cientos de croquetas que se le caen de su boca torcida cuando come, perseguirlo por la casa y limpiar después de él cada vez que hace un desastre, su dueño no lo cambiaría por nada.

La historia de este inusual perro demuestra inequívocamente que la apariencia física no tiene nada que ver con el verdadero valor de un cachorro o una persona. Nada podría ser más cierto que “Lo esencial es invisible a los ojos”, en palabras del Principito, ¿verdad?

 

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